El enimágtico Eloy "El Indio" Tarazona 
 
Se le conocía como “El Indio” Tarazona o como el Coronel Tarazona o Tarazona a secas, era oriundo del pueblo de Enciso, perteneciente al departamento de Boyacá de la república de Colombia; era un hombre muy útil: lavaba, planchaba, cocinaba, sabia de verduras para los sancochos y de aliños para las comidas; era diligente, discreto y callado, y terminó por granjearse el aprecio del Benemérito.
 

El indio Tarazona estaba al tanto de todas las féminas que su patrón visitaba en sus aposentos y su lealtad fue recompensada con creces, y por eso pudo disponer de varias propiedades: una línea de autos por puesto, llamada “La Veintidosmil” que fue la cantidad invertida para comprar los vehículos; casas en Maracay y Turmero, en esta última población tuvo un aserradero y en las cercanías de La Encrucijada fue dueño de una finca llamada “Purina” (que hoy conocemos como “El Samán Tarazonero), donde se vendía alimentos para animales y de donde según se deriva el nombre de una empresa encargada de elaborar productos alimenticios para animales.
 
“El Eloy” como lo llamaba Gómez, fue el único hombre que llegó a tener acceso a la intimidad de la alcoba del dictador, pero no como edecán o como asistente militar y mucho menos como concejero de estado, sino como su hombre de servicio, el que le llevaba a lavar la ropa, el que probaba la comida antes que su jefe, por si acaso estaba envenenada y dormía en el suelo atravesado en la puerta del dormitorio de su amo para protegerlo, era pues el confidente de un déspota receloso e impenetrable.
Tarazona era un hombre sumamente cruel y se dice que participó en las torturas aplicadas de los presuntos implicados en el asesinato del vicepresidente de Venezuela Juan Crisóstomo Gómez, mejor conocido como “Juancho” Gómez, muerto de 27 puñaladas en su habitación del palacio de Miraflores.
 
Se cuenta que llegaba a cualquier pueblo en su caballo blanco y se robaba a la muchacha que encontrara en su camino, que le gustaban de pelo largo y que fueran vírgenes y se dice que las muchachas se escondían o cogían el monte porque era un “bicho” muy malo.
 
Dos días antes de la muerte de Gómez, Eleazar López Contreras lo mando a poner preso motivado a que confabulado con Eustoquio Gómez, se apoderaron de un lote de material de guerra depositado en el cuartel nacional de Maracay ubicado en el lateral oeste de la plaza Girardot, con la intención de armar a los trabajadores de las carreteras y las haciendas circunvecinas para tomar el poder una vez que el Benemérito falleciera, cosa que ya era inminente; la conjura es develada y tres días después del entierro del presidente, Eustoquio Gómez está a punto de ser arrestado por el gobernador del Distrito Federal, general Félix Galavís, y en una situación no del todo clara, Eustoquio Gómez cayó mortalmente herido por un disparo, el 21 de diciembre, pocos días después de la muerte de su primo, durante un forcejeo ocurrido en el propio Palacio de la Gobernación. 
 
Y Tarazona es expulsado a su país de Origen, instalándose en Cúcuta; donde por mucho tiempo lo vieron empujando un coche vendiendo cepillados por las calles de la capital del norte de Santander.
 
Testigos cuenta que dos días antes de ser detenido por órdenes de López Contreras, es decir el 13 de diciembre de 1935, a sabiendas de que la muerte de su jefe era inminente, escondió sus ahorros y rapacerías, que salió de improviso en su automóvil en dirección desconocida, acompañado de un chofer y un soldado como ordenanza, llevando consigo tres baldes llenos de morocotas, y cuando regresó luego de una ausencia de horas, regresó sin el soldado, ¿Qué había ocurrido con aquel humilde ser?, lo que pudo haber pasado es fácil de imaginar.
 
Cuando se calmaron las aguas, utilizando un escribiente, le mandó le mandó una carta al presidente Eleazar López Contreras donde le suplicaba lo dejara regresar a Venezuela y él le diría donde estaba enterrada la fortuna del Benemérito; se le autorizó a regresar, pero solo a la ciudad de Maracay, donde llegó bajo custodia policial y militar, e inclusive el propio López Contreras lo acompañó, fue llevado a todos los sitios escogidos por él, pero no soltó prenda y fue obligado a regresar a Cúcuta, debidamente escoltado.
 
López Contreras quedó con “la espinita” y luego de reunirse con varias personas en Maracay, entre ellos el señor Juan de Dios Cordero, sempiterno maestro de obras de Gómez, tomó la decisión de demoler la casa del General José Antonio Páez, que vecina a la casa de Gómez, daba su frente hacia la calle Mariño, tal vez recordando unas palabras del Benemérito cuando una vez le dijo: “esa casa y ese árbol donde amarro mi caballo, tienen algo especial y deben conservarse como una joya histórica” y a lo mejor creyendo que esas palabras encerraban una clave o algún mensaje, mandó a horadar en todas las casas de la cuadra, que fueron del fallecido presidente.
 
Al llegar el General Isaías Medina Angarita a la presidencia, Tarazona vuelve al ataque y le envía otra carta, pero la revolución del 18 de octubre de 1945, le cortó de nuevo las alas y con el advenimiento al poder de Rómulo Betancourt primero, de Rómulo Gallegos después y por ultimo del Coronel Carlos Delgado Chalbaud, en Miraflores, “el Indio” creyó perder todas las esperanzas de recuperar su fortuna, enterrada en algún sitio de esta región.
 
Con la llegada a Miraflores del General Marcos Evangelista Pérez Jiménez, se reavivan las esperanzas del ya anciano Eloy, le envía una misiva al nuevo primer mandatario y este comisiona a Pedro Estrada, jefe de La Seguridad Nacional, para que traiga a nuestro personaje al país; el ex coronel hizo rodeos largos y tediosos por varias casas en nuestra “Ciudad Jardín”, que terminaron por irritar a nuevo hombre fuerte de Venezuela, que sumamente molesto le ordena al jefe de la policía política que lo recluyera por mentiroso en la cárcel del “Obispo”, situada en El Calvario, en el barrio El Guarataro de la ciudad de Caracas. 
 

Ya preso, la Seguridad Nacional lo sigue acosando para que informe donde se encuentra enterrado el tesoro de Gómez, que para 1936 estaba calculado en 115 millones de Bolívares, una cantidad de dinero escandalosa para ese tiempo, fue torturado y nunca reveló ningún detalle. 
 
Pedro Estrada contrató los servicios de un “vidente” Catalán llamado José Mir Rocafort, quien se hizo famoso con el nombre de “Fassman”, de quien se decía que poseía habilidades paranormales, como la Telequinesis y la telepatía y era hipnotizador, el mentalista hipnotizó a Tarazona en la cárcel del “Obispo” para tratar leerle la mente y sustraerle sus recuerdos, pero el hombre que había sido la sombra del Benemérito, ya no era ni la sombra de sí mismo, ya estaba convertido en una piltrafa humana y los esfuerzos del mentalista fueron en vano, y allí quedó recluido Eloy Tarazona, olvidado por todos y en el más triste y amargo de los desamparos, hasta que fue dejado morir por inanición en 1953 a los 73 años de edad, sin revelar nunca el lugar donde permanece oculto el fabuloso y mítico tesoro, si es que existió.
 
Tarazona murió, pero no así el mito del tesoro de Gómez, que ya se había difundido, y ahora sería más creíble porque tres jefes de estado habían participado en su farsa; del mito de las botijuelas irán a ocuparse en lo adelante los ministros de obras públicas y algunos gobernadores del estado Aragua e incluso a espaldas de los mandatarios regionales, lo hacen otros altos funcionarios nacionales.
 
Durante la administración del gobernador Vicente Martínez Ruí, en tiempos de Pérez Jiménez, este mandatario regional se enteró después que la residencia de Gómez, conocida como “23 de mayo” situada en Las Delicias, estaba siendo demolida por instrucciones del entonces titular del Ministerio de Obras Públicas (MOP); más adelante durante la remodelación de la avista Bolívar, el gobernador ildegar Pérez Segnini, ordenó demoler la antigua casa presidencial, en cuya manzana se construyó la plaza Bicentenaria y un estacionamiento subterráneo, señal inequívoca de que seguían buscando las tan ansiadas botijuelas; y las que se encontraron estaban vacías y sin tapas, y el decir de muchos albañiles de la época, era que estas botijuelas eran enterradas a propósito, para recoger las aguas que se filtraran a suelo en épocas de lluvias y así mantener un bajo nivel freático y evitar el hundimiento de las construcciones.
 
Los que propalaron esa especie, que habla sobre supuestos entierros y tesoros del General Gómez, le hicieron un mal muy grande a Maracay, que vio desparecer la mayoría de sus casas históricas; todo parece indicar, que si hubo o hay tesoros ocultos en nuestra ciudad, deberían buscarlos en las casas, fincas o negocios que estuvieron a nombre del “Indio” Eloy Tarazona.
 
Juan Vicente Gómez fue un inversionista, dueño de la Compañía Venezolana de Navegación, de la Línea Aeropostal Venezolana, del Central Tacarigua, y de muchas empresas más, fue dueño de fincas, hatos, casas, haciendas, vaqueras, potreros, etc. Y no tenía necesidad de estar enterrando ningún tesoro; sus tesoros quedaron en las bóvedas de los bancos y en las acciones y valores de sus empresas y propiedades.
 
Juan Vicente Gómez era dueño casi de toda Venezuela, y para que se tenga una idea de su inmensa fortuna, solamente en el estado Aragua era propietario de: 450 casas, 70 fundos, 30 lotes de terreno, 160 haciendas y la isla Caigüire en el lago de Valencia.
 
Luego de su muerte, ocurrida el 17 de diciembre de 1935, el diputado Turmereño Alfredo Pacheco Miranda, su compadre ¿Ironías de la vida?, solicitó al Congreso Nacional la confiscación de todos sus bienes y dicha solicitud fue aprobada con fechas 19 de agosto y 21 de septiembre de 1936, y publicada en Gaceta Oficial nº 19.066 de fecha 22 de septiembre del mismo año 1936.
 
Fuentes consultadas:
 
Maracay la meca del gomecismo – Luis Cordero Velásquez
Crónicas de Maracay – Godofredo González
El Piñonal, de hacienda agropecuaria a la mejor urbanización popular de Maracay – Pedro Modesto Bolívar
Maracay, de Gómez a López Contreras (viejos y nuevos actores en la ciudad) – Zandra Pérez.
https://www.facebook.com/groups/84673040483/permalink/10158330201140484/ 
https://www.dkescorpio.com.ve/2020/04/el-tesoro-oculto-de-gomez.html

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Eloy "el indio" Tarazona